"...Y cuando el santo llega frente a JESÚS,
él se
levanta de su trono, le
pasa su brazo izquierdo por encima del hombro y le dice: “Fuiste fiel en lo poco,
en lo mucho te pondré"
"¡ENTRA EN EL GOZO DEL SEÑOR!”
¡Y los santos entran!
Y los ángeles se le unen en grande
fiesta y hay regocijo en los cielos.
Y se abrió una puerta de oro y cristal,
en la zona norte. ¡Oh gloria!
Mire, los millones de ángeles y santos, que están en
fiesta,
Tocando arpas, ¡Alabanzas!
Mire la mesa de las Bodas del Cordero
¡No tiene fin! De puro oro fino, los
ángeles bordando, con hilos de oro, la ciencia de la tierra, no tiene
capacidad de hacer un punto de aquellos “bordados” ¡Bellísimos! Está todo listo.
¡Hay fiesta alrededor de la mesa de la
Bodas del Cordero, esperando la iglesia!
Hay grande expectativa en los cielos ¡Aguardando la Iglesia!
Más la gloria, donde están los santos,
¡El Paraíso de descanso!
¡El poderío de Gloria!
¡De Luz!
¡¡¡Oh Gloria!!!
Hermanos, yo no tengo condiciones de
explicarles en la carne, en lo físico, porque es millares de veces más de
lo que yo pueda hablar, no tengo sabiduría para explicar.
Vi santos que llegaron a la puerta de
los cielos que se decían santos ¡Que no pudieron entrar en los cielos! Barbudos, (*) cabelludos más sus
nombres no estaban en el Libro de la Vida; ellos eran amarrados de manos y pies, y
lanzados en las tinieblas exteriores, ¡Era grande el grito de misericordia que
pedían para el ángel! Más no tenía más misericordia.
Santas que llegaban a los cielos, un
ángel mandaba, volverse de espaldas para ellos, y ellos median (allá en los
cielos al cabello de las hermanas ellos le dicen “velo”) un ángel media con su mano el “VELO” de las hermanas...
...y él siente cuando
falta, ellos preguntaban ¿Qué
hiciste con tu VELO? Ellas decían: Yo
lo corte, y ¿Qué más hiciste? Yo
pedí misericordia, yo pedí perdón, ¿Qué
más tu hiciste? ¡Yo
nunca más corte! Entonces tenía el perdón del Señor y entraba en los cielos,
Otro ángel preguntaba para otra hermana de su “velo”, ella decía que se
lo había cortado,
y él preguntaba ¿Qué
más hiciste? ¿Pediste perdón? Ella decía que se lo había cortado, de nuevo y no pidió más perdón porque
tenía vergüenza.
El ángel llamaba a otro ángel y este la
amarraba de manos y pies, y lanzaba a las tinieblas exteriores, y ella se tiraba a los pies del ángel, empezaba a gritar por misericordia, pedía para que se le perdonará y tuvieran
misericordia de ella, ¡Insistía con el ángel!
Un ángel mandaba abrir las gavetas de oro y cogía “sus velos cortados” y mostraba para ella...
Ella veía sus cabellos transformados en “oro” allá en las gavetas de los cielos, ella
ponía su mano en el rostro, no podían contemplar y daban ¡¡¡Un grito!!! Y se tiraban al suelo y era lanzada con las manos y pies amarradas a las tinieblas, ¡Era terrible el clamor de los santos que no pudieron entrar en el
reino de los cielos!
¡¡¡Todo tu cuerpo es templo de Dios!!!
En el velo de las santas esta la honra del poder de Dios, está la gloria de Dios, está el poder de Dios
¡Ni un hilo de cabello nuestro se pierde
aquí en la tierra!
Si una hermana pierden hebras de su cabello, tomando
baño, un ángel va y los recoge y es transformado en gloria allá en los cielos (en lo espiritual),
¡Si no obedece la doctrina de la Biblia
no tiene salvación!
Inclusive si Jesús arrebatase algún creyente ahora, cuando
él iba subiendo, él iba a observar que algunos están volviendo y él va a preguntar al ángel que lo va
llevando ¿Y estos que están volviendo? y él le va a decir: ¡Estos son los que no pudieron entrar al Reino de Dios!
Porque van todos hasta la puerta de los
cielos, ¡Van
los salvos que van a quedar! Y van los que no son salvos, van los perdidos, Para ellos ¡Ver y oír lo que ellos perdieron!..."
¡¡¡Hermana niégate a ti misma!!!
¡¡¡Hermano niégate a ti mismo!!!
Basta de hacer tu voluntad
Sométete a la voluntad de Dios
¡SANTIFICA TODO TU SER A DIOS!
No descuides una SALVACIÓN TAN GRANDE
1 Tesalonicenses 5:23
"...Allí yo estaba contemplando...y Jesús se levantó de su trono, fue hasta
unos ángeles de allí fue donde el Padre y vino hacía mí y me dice: “Yo soy misericordia, yo soy amor” y luego me dice: Mira a mi “Iglesia en la tierra”, y abrió una puerta de los cielos para
ver la iglesia:
Vi el mundo, lleno de tinieblas, ¡Oscuro! Negro de tinieblas, y en medio de aquellas tinieblas, brillaban lucecitas, ¡Millares y millares de lucecitas esparcidas por todo el globo
terrestre!
Y Jesús fue tornando en claridad
aquellas tinieblas, y aquellas lucecitas eran los creyentes aquí en la tierra,
eran los santos que están en la tierra, ¡Los santos en medio de las tinieblas!
Eran muchos creyentes en la tierra, yo vi a ellos con los brazos
erguidos a los cielos, llorando, clamando, de rodillas.
No vi casa de nadie, no vi iglesia de
madera, de algún material, solo vi los creyentes, "los santos", que dicen en los cielos, más el globo terrestre está minado, ¡De tantos santos en la
tierra!
Jesús retiró la iglesia de mi frente, y me
dice: “Yo soy misericordia, si yo me quedase
contigo ahora aquí, yo no voy obrar en misericordia, con mi iglesia que me está
pidiendo, tu regreso”,
ahí Jesús me dice: "Ve a tu esposa y tus hijos"
Yo vi a mi esposa en mi casa, sentada
en una silla, en la sala, llorando, y mis hijos alrededor de ella, los vi llorando, para mí no tenía valor ese lloro porque no sentía
más aquel sentimiento de la tierra, ¡Estaba feliz en la gloria! ¡Estaba en un sueño de gloria!
Allí Jesús abrió otra puerta, a mi
izquierda y me dice: "Ve el mundo sin mi iglesia"
Cuando yo mire la tierra, retiré la mirada, no resistía mirar, Jesús me ordeno: ¡Mira, que yo te estoy ordenando! Y yo quedé mirando, los aires en humo,
la gente corriendo de un lado para otro como desesperados, los animales
corriendo en los campos gritando desesperados, las plantas estaban todas secas,
negras, ¡Era terrible!
Las personas de todas las edades
corrían, los esposos se tiraban de bruces en las calles, y golpeaban con las
manos en el piso, y levantaban sus puños para arriba gritaban, metían las manos
en los cabellos, los arrancaban, mazos de cabellos,
la sangre corría por las
calles, las redes eléctricas incendiándose, transformándose en fuego, los
animales desesperados muriendo todos negros,
Las palomas en los aires cruzándose de
un lado para otro, un rumor, un estruendo en la tierra, las montañas
destruidas, ¡Era cosa terrible de mirar! Los edificios, las grandes metrópolis
en la tierra eran barridos, volaban por los aires, las personas desaparecían en
los aires, por aquellos tremendos terremotos, ¡Era terrible! ¡No quería mirar
más tenía que mirar!
Las construcciones en la tierra,
destruidas, las embarcaciones en el mar, el mar se revolvía los barcos se
hundían, ¡Llenos de gente desaparecían! Dentro del mar, los aviones en el aire
caían en pedazos, las personas se caían y desaparecían en medio de aquellos
terremotos, desaparecían en los aires, ¡Tremendos terremotos en la tierra! Era la cosa más horrible hermanos, de mirar, como dice en Isaías “…que la tierra se tambaleaba como un ebrio” entonces no quería ver el desespero, el
clamor, la gente golpeándose unos a otros,
¡ERA DESTRUCCIÓN TOTAL EN LA TIERRA!
Y Jesús me saco el mundo de delante de
mí, y me dice: "Ahora tú vuelve para la tierra,
avisa, y da testimonio de todo lo que tu viste, y oíste, ¡Avisa a mis santos en la tierra, QUE
YO ESTOY ARREBATANDO MI IGLESIA"
¡Mira mis manos!
Allí Jesús me mostró sus manos, yo vi
donde pusieron los clavos a Jesús, en los puños de Jesús
Y me dice: "Cuando usted hable en la tierra este testimonio, muchos no van
a creer, ¡Mas muchos van a creer! Usted hable, diga, ¡De testimonio! Porque los
que creen serán bienaventurados, y los que no creen, no serán conmigo"
¡Serán bienaventurados, el ministerio que te aceptare en la tierra!
Yo no quería volver a la tierra, y
Jesús me dice: ¡Ahora tu vuelves para la tierra!, y yo dije: ¡No quiero! Pero
no pude completar la frase, solo dije ¡No...! Y Jesús me traslado, de los cielos con
una rapidez perfecta que yo no vi por donde fui ¡Fue tan rápido! Descendí en el
mismo lugar, descendí en un cuerpo de gloria...
...el piso estaba de oro como
cristal ¡Pura gloria! Inclusive, nuestros ojos carnales no pueden ver la
gloria, los hombres no pueden ver físicamente la gloria de Dios, ¡No resisten!
Yo fui directo a mi cuerpo, caminando en un cuerpo de gloria, mas,
caminando sobre oro y cristal, porque el Ser de gloria, a donde desciende, nada
resiste la gloria, nada resiste, un piso se transforma en gloria, fui caminando
en esa gloria y llegue al costado de mi cama, me pare allí, estaba mi cuerpo
físico acostado, mire para mi cuerpo y me desaparecí en mi cuerpo, y me
desperté ¡Helado de frío!
Y le hable a una enfermera que estaba a mi costado,
le dije me da una manta porque estoy helado de frío, y ella corrió y me miro
desde la puerta, y me dice: Esta usted bien Señor Adao, yo le dije Me pone una
cubierta porque yo estoy helado de frío, y ella llamo a tres doctores, más una
enfermera, y los doctores vinieron y me vieron y ellos comenzaron a llorar,
ellos no resistían mi mirar, y comenzaron a llorar y temblar...
Yo seguía
pidiendo una cubierta para mi cuerpo porque estaba helado de frío, y les decía
que estaba bien, que no tenía nada, uno vino y me puso una cubierta, y los
otros enfermos que estaban allí desahuciados, comenzaron a levantarse, con
suero y sangre, comenzaron a agarrarse de las paredes y vinieron caminando a
mirarme, ¡Se levantaron de sus camas! ¡Jesús curo a todos! ¡Me curo a mí y a
ellos! Allí éramos nueve, (Unidad de cuidados intensivos) ¡Fue cosa tremenda!
Entonces comenzó el rumor en el
hospital, las llamadas de los médicos, para el hospital para el director, fue
una alarma, ¡Alarmo Dios aquella ciudad! ¡Jesús desafío la ciencia!
Mi esposa se comunicó con los doctores y ellos le dicen: ¡Corra Nancy! ¡Corra
aquí! Aconteció una cosa que ha ¡Remecido el hospital! ella dice: ¡Yo ya sé! ¡Mi
esposo resucitó! ¡Más cómo es que la señora sabe! ¡Jesús ya me mostró! Ahí ella
fue allá, cuando llegó, los médicos le permitieron entrar a ella allí donde yo
estaba, yo mostré para ella mis manos, los dedos de mis pies, y dije para ella: Mira mis labios, mis ojos están oscuros, como una mancha, (la mancha de la
muerte duro tres meses para salir de mi cuerpo, la boca, los labios, los ojos,
las uñas) yo
quede ocho días para recuperar el físico, el cuerpo físico, a los ocho días
llegó el doctor y me dice: Hoy vamos a darle de alta, pero antes vamos a
hacerle una entrevista, usted va a contar todo lo que vio, y oyó, ahí fui para
la entrevista con ellos, tres periodistas y una secretaria, allí él me dice:
Todo lo que le voy a preguntar a usted, va a quedar por escrito en este
hospital, usted va a hablar y la secretaria va a escribir aquí, ahí el me
preguntó mi nombre, preguntó quién yo era, yo le dije que creyente, de las
Asambleas de Dios, preguntó el nombre de mis padres, de mi madre, y allí me
dice: “El señor ¿Sabe que sufrió un infarto?” y yo le dije al doctor: Mire yo
no sé si fue un infarto, yo sentí un ardor terrible, era como si me arrancarán
el corazón del pecho, un ardor terrible, que corto mi respiración, me
corto la visión, no mire más, caí agonizando, él dice: - Usted sufrió un
infarto, agudo, total y fatal, muerte instantánea, un infarto más rápido
que un balazo calibre 38 en el corazón y ¡Ocurrió un misterio! ¡Usted tiene un
corazón trasplantado y tres coronarias!
Un trasplante misterioso, yo quiero
que usted cuente ¿Cómo es que aconteció eso?
Y yo le dije: Mas yo no le dije doctor
que yo no quería que me hicieran una cirugía, ¿Cómo es que él Señor me hizo esa
cirugía? Entonces él me dice: Abre tu camisa y mira tú pecho, ¿Está cortado tu
pecho? Para hacerte una cirugía tengo que cortarte tu pecho. Entonces yo dije:
Ha ya sé, cuándo Jesús me arrebato, de UCI, descendieron dos ángeles del cielo,
con unas bandejas de oro, ¡Llevando bisturíes de oro!
Y fueron ellos los que
hicieron esa cirugía en mi corazón.
Allí ellos quedaron ¡Asombrados! Allí ellos
colocaron unos aparatos en mi corazón, y me mostraron mi corazón funcionando,
en una pantalla de televisión, y me dicen: Mire Adao.
Los médicos quedaron
asombrados, doblaron sus rodillas, aceptando a Jesús como su salvador, y un
periodista que me estaba entrevistando también, acepto a Jesús en lágrimas,
Más
lo principal que yo quiero avisar a los
cristianos, a los creyentes, que tomen cuidado, que sean sinceros con Jesús, es
una alerta, porque Dios está mandando para mí que de testimonio en la tierra
¡Rápido! ¡Para que se escapen en cuánto hay tiempo! Para que sean salvos en Jesús ¡Soló Jesús y la Biblia que puede salvar! entonces ¡Alerta hermanos! ¡Cuidado!
¡Jesús está volviendo a arrebatar la iglesia! Que Dios bendiga con estas
palabras en nombre de Jesús
(Parte final del testimonio del hermano Adao Campos, del Brasil)
(*) Este punto de los santos barbudos, con cabello largo que no entraron al Reino de los cielos, tiene relación a lo prescrito en 1 Corintios capítulo 11, así como la compostura del cabello de las mujeres, siendo observado por todas las iglesias inter denominacionales de sana doctrina del mundo entero, siendo en ambos casos, la sumisión a estos mandamientos sinónimo de santidad. Cabe resaltar, que Dios ordeno en el antiguo testamento a sus profetas el no pasar navaja sobre sus barbas, también están los que hicieron el voto Nazareno. Tenemos en la actualidad al mensajero de Dios, profeta David Owuor, previsto en los planes de Dios descritos para este tiempo final en la biblia, quien vendría para preparar el camino para la venida del Mesías, el cual ya está en medio nuestro. Ellos corresponden a otra dispensación. Misterios profundos de Dios. Por ello amados hermanos debemos tener mucho cuidado en escudriñar las escrituras con la ayuda del Espíritu Santo.