miércoles, 22 de mayo de 2013

¡JESÚS TE AMA! ¡ÉL SUFRIÓ POR AMOR A TI! Testimonio de la hermana Evangelista Vilma



Veía la multitud gritando, había una cuerda humana de soldados romanos, y un hombre en una silla grande, que se paro y apunto a otro que estaba atado ¿Qué haré con Jesús de Nazaret? La gente respondió ¡Crucifícalo¡Crucifícalo! gritaban con odio.
Los soldados llevaron a Jesús a un patio interno  y le quitaron  la ropa hasta la cintura, lo ataron de espaldas,  como se hacía con los esclavos antiguamente, a una columna. 
La gente, hizo una rueda. Un soldado saca un azote, y empieza a dar vueltas en el aire, y este látigo terminaba con varias puntas de cuero, y en cada punta había un trozo pequeño de hierro. Y cuando aquel látigo daba vueltas en el aire y golpeaba, aquella espalda se abría, rasguñada la carne, molía aquel hombre. 

La gente palmeaba reía,  y el verdugo daba vueltas al látigo, era como un maestro, y le golpeaba, aquel hombre temblaba, y yo decía porque no se defiende, porque no dice nada, y yo no sabía que allí estaba un cordero que fue llevado mudo a sus trasquiladores, a causa de mis pecadosyo no sabía que por amor, allí estaba, por amor de mí y por amor de ti también...
...cada vez que el azote le daba en la espalda, se abría y se le arrancaba pedazos de carne; tal como las palabras del profeta: "Mas él  herido fue por nuestras rebeliones molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él..." fue azotado un largo tiempo y la gente, palmeaba, se reía... 
...luego los soldados se apartan de él y lo entregan en mano de los hombres, y yo vi cuando se acercó un hombre y le lanzo bofetadas, y su rostro iba para allá y para acá, sus ojos siempre cerrados y nunca decía palabras, y yo me quedaba impresionada y decía ¿por qué  no se defiende? yo no sabía que él estaba siendo castigado por mis pecados, por tus pecados, mucho tiempo la gente lo estuvo escupiendo, dando puñetes a su rostro y pateando. Pero una cosa me di cuenta, y fui testigo, que durante todo el tiempo de su sufrimiento, Jesús de Nazaret, el Hijo Unigénito del Dios viviente, estuvo orando por nosotros, porque movía sus labios silenciosamente...
... ¡Él estaba orando por ti por miY mientras estaba orando por nosotros la sangre iba bajando por su boca, por su nariz, su cara estaba hinchada de tanto que le daban, tanto que la gente le pateaba, le escupía, se mezclaba la sangre con la saliva de la gente... 
Después de mucho tiempo volvieron los soldados, y aquel hombre, ya no era una cosa normal, era una masa, humana, pero sin decir palabra. 
Vi cómo se acercaron con una almohada, y tenía algo arriba; una corona de espinas (no era como la que ve en las imágenes muertas en las paredes) ; eran unas espinas grandes, que se cruzaban para abajo... 

...y yo vi cuando el soldado le levanto su cara,  él tenía los ojos cerrados, y le clavo la corona, y él apretaba sus ojos, cuando le dieron con un pedazo de palo, una cosa, así como una caña, le dieron, golpeándole varias veces, y el encogía su cuello, y de ahí se bajaba la sangre y yo le miraba, y yo decía ¿Cómo puede alguien sufrir tanto castigo?

Y la sangre iba bajando y le dolía cuando el golpe le daba en la cabeza y él se encogía, encogía, no sé de donde yo me puse a gritar: ¡paren, no hagan esto! ¡Este es el Hijo de Dios! ¡El no merece tanto sufrimiento!, ¡y si yo que soy una bruja!de repente todos pararon, y me miraron, y por primera vez en toda aquella escena aquel hombre, abrió sus ojos, y miro directamente hacía mí, se pueden imaginar, Jesús de Nazaret,  el Hijo de Dios, me estaba mirando directo a mí... nunca he visto, una mirada más llena de misericordia, de amor, de bondad, que la de Jesús de Nazaret...
...él estaba allí mirándome, y yo estuve atada a su mirada, yo quería decir algo, pero ahora las lágrimas corrían por mis ojos, y me miraba con amor, cuando me dijo, ¡No mi hija Vilma!nadie podría soportar tal sufrimiento, solamente yo, (y apuntaba su cuerpo, todo herido, todo ensangrentado), y decía: ¡yo sufrí todo esto por amor de ti! 
y extendió sus manos hacía mí, en aquel instante yo abrí mis ojos, se había pasado la visión y yo caí de rodillas, yo nunca había hecho una oración, nunca había conocido lo que era la luz, la verdad, pero cuando yo caí de rodillas, había una paz, algo tan especial...
...tenía tanta vergüenza por mis pecados, mi pasado, y yo hice mi primera oración: Dios mira, mi vida no vale ni un centavo siquiera, pero todo el tiempo que me resta, yo lo entrego a tu hijo Jesús, porque, hoy día yo comprendí que el sufrió y murió por mi causa, y cuando me levante de aquella oración, yo ya era una nueva criatura

Testimonio de la hermana Evangelista Vilma, (ex bruja del Brasil). 

Cree en Jesús, en su obra redentora, ¡ÉL MURIÓ, POR AMOR POR TI!; ¡Arrepiéntete de todos tus pecados! ¡Y  entrégale tu vida hoy! Su sangre preciosa derramada en la cruz del calvario, limpiará todos tus pecados, y se obrará el milagro más grande ¡TU SALVACIÓN!
En donde quiera que te encuentres, te invito a hacer esta oración con fe“Señor Jesús, creo en ti, en que diste tu vida por mí, para salvarme, perdóname todos mis pecados. Te entrego mi vida, haz tu voluntad en mí, gracias por tu amor por mí”
Dios te bendiga, y guié en todo tiempo, lee tu biblia, los evangelios, allí encontraras palabras de vida de tu salvador Jesús. Ora al empezar el día, esfuérzate por hacerlo aún de madrugada, derrama delante de él tu alma, él cuidará de ti, pídele que te guie para que congregues en una iglesia verdadera. ¡Ahora eres un HIJO DE DIOS, esto es maravilloso!
La paz bendita de nuestro Señor este contigo por siempre 

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